¿Año Nuevo, vida nueva?
Los ciclos de la vida no se rigen por relojes, cambios de estación ni fechas en el calendario, llega el 31 de Diciembre y pareciera que hay que ponerle punto final a lo se postergó los 364 días anteriores, con la esperanza de que al día siguiente, toda nuestra vida va a ser llenada con los consabidos propósitos de renovación.
¿Por qué dejamos para un final inventado, preguntas que nos podemos hace un 14 de Julio?
¿Por qué no aprendemos de lo mal hecho o, lo hecho a medias, un 21 de Mayo?
¿Por qué no agradecemos los encuentros, las bendiciones recibidas y las oportunidades un 25 de Abril?
¿Quién dijo que lo que no hice en once meses, tiene que resolverse de manera eficaz en una sola noche, simplemente por que está marcada en rojo en un calendario?
Yo no quiero ordenar mis ideas hoy, no quiero limpiarme de lastres hoy, no quiero dejar espacio para deseos y anhelos hoy. Quiero poder hacerlo el 16 de Septiembre, y otros pueden hacerlo el 31 de Diciembre pero no por decreto, sino por convencimiento.
¿Por qué no agradecemos los encuentros, las bendiciones recibidas y las oportunidades un 25 de Abril?
¿Quién dijo que lo que no hice en once meses, tiene que resolverse de manera eficaz en una sola noche, simplemente por que está marcada en rojo en un calendario?
Yo no quiero ordenar mis ideas hoy, no quiero limpiarme de lastres hoy, no quiero dejar espacio para deseos y anhelos hoy. Quiero poder hacerlo el 16 de Septiembre, y otros pueden hacerlo el 31 de Diciembre pero no por decreto, sino por convencimiento.
El corazón es un músculo misterioso que no descansa a lo largo de todo un año, siente, sufre, palpita, añora, espera, recuerda... la rueda de la vida no se para hoy para volver a comenzar renovada mañana. Parece que el mundo entero nos exija asistir obligatoriamente a festejos, brindis, músicas estridentes, comidas opulentas, vino, cava, caras con sonrisa amplia y con el sello estampado de las fiestas.
Este último día puede llegar en un momento inoportuno, donde el ánimo no está para celebrar; la agenda del mundo no tiene por qué coincidir con el rumbo de nuestros sentimientos.
Los años me han hecho ser un tanto descreída con todas las celebraciones ordenadas o dictaminadas, quizás es un tanto impopular lo que he expresado, pero...
por qué no hacemos lo que nos dicta nuestro corazón en cualquier día del año?
por qué tiene que ser hoy un día diferente a cualquier otro?
por qué no tomamos decisiones por nosotros mismos, aún a costa de pagar un precio, y queremos pertenecer siempre al grupo mayoritario, si por dentro no lo sentimos...?
Para mí, el 2016 empezará el día que despeguen mis sueños, donde comience el sendero que me conduzca a mi camino, que tenga espacio suficiente para extender mis alas y el impulso necesario para cambiar e iniciar una nueva etapa.
No quiero malgastar mis energías en celebraciones que no siento, quiero reservarlas para ése día, quiero que sea el comienzo de algo nuevo para mí.
Os deseo a todos que tengáis un día inventado por vosotros en vuestro calendario, para que comencéis el camino que os lleve a todo lo que deseáis.
Ilustración de Anne Julie Aubry
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