Vistió la noche, copo a copo,
pluma a
pluma,
lo que fue llama y oro,
cota de malla del guerrero
otoño
y ahora es reino de la blancura.
¿Qué hago yo,
profanando, pisando
tan fragilísimo plumaje?
Y arranco con mis
manos
un puñado, un pichón de nieve,
y con amor, y con
delicadeza y con ternura
lo acaricio, lo acuno, lo protejo.
Para
que no llore de frío.
José Hierro
Pintura de Kristin Vesfgard
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