Incertidumbre significa falta de conocimiento sobre una cosa, creando inquietud. Nunca sabemos nada, sólo somos capaces de jugar a imaginar. Todo es una suposición, desde las cuestiones más triviales hasta las más profundas.
¿En qué momento la inquietud se convirtió en miedo?
Me pregunto y no sé responder, pero sé que vivimos atenazados por el temor, como si el hecho de no saber nos hiciera más frágiles.
Y no es verdad.
Muy al contrario, el no conocer nos debería hacer fuertes, esa es nuestra esencia, la duda y no el miedo; si una bruja nos contara que será de nosotros hasta el día de nuestra muerte, no merecería la pena vivir. No buscaríamos, no correríamos hacia la felicidad, no lucharíamos. En definitiva, no seríamos nada.
¿En qué momento la inseguridad se convirtió en desasosiego?
En el momento en que nos enseñaron a tener miedo al miedo, por eso somos capaces de dejar de amar, de sentir, de ver y de mirar. Por eso envejecemos prematuramente y desaparecemos sumidos en una inútil lucha, tan pequeña y vil como nuestros pensamientos, convirtiéndonos en cobardes y olvidando el placer de construir castillos en el aire.
...Y sin un castillo ¿el cuento merece la pena?
Nunca
Maryflor
Fotografía de Elena Vizerskaya
No hay comentarios:
Publicar un comentario