Huye la luz sin prisa.
Hasta las voces van perdiéndose.
Ni un pájaro en el aire, ni aire apenas.
Baja del monte al río, ocupa el pueblo
y aguarda en la puerta de las casas.
El pasado no suelo anunciarse.
Una mujer atraviesa la niebla.
Acaso la niebla la atravesó antes
y es sombre entre la sombra.
Los caminos se pierden en la niebla.
Los montes niebla son, el cielo ha huido
La vida se desvanece.
La otra vida, Haikus de la nieve, del agua, de la luz y de la niebla. Federico Jiménez Losantos.
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