Te asombra la dulzura del declive,
la paz del cuerpo,
la ausencia de rencor en la memoria.
Como un piso tranquilo y espacioso
o una digna mansión de renta antigua
te acoge la vejez.
Libros, tardes de lluvia,
conversación pausada
entre amigos de siempre
que nada nuevo tienen que decirse,
y evitan, sin embargo, despedirse,
mientras de día en día lo ganado perdí
que antes tenía.
Jon Juaristi
No hay comentarios:
Publicar un comentario