Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.
Como las puertas que no se saben si fueron colocadas para entrar o salir. "Perded toda la esperanza" "prohibido el paso" o "entren sin llamar" y otras mentiras, pone siempre.
Como la tarde, ahita de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.
Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto o inservible.
Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.
No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.
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